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9 ago 2011

Fino El Maestro Sierra

Fino El Maestro Sierra
Bodegas El Maestro Sierra
Palomino (100%)
D.O. Jerez y Manzanilla de Sanlucar



No es frecuente, más bien al contrario, encontrar entre las bodegas del Marco de Jerez aquellas que indican claramente la fecha de embotellado en sus etiquetas, dado que estos vinos no tiene indicación de cosecha, podría ser una manera de saber el tiempo que lleva en la calle, así que un cambio en la imágen del vino suele ser una muy buena pista. No obstante, este no es el caso, ya que desde hace unos años la bodega El Maestro Sierra lo indica expresamente en el lote: Mes y año. Esta nueva imágen, corresponde a Abril de 2011.
Al margen de cambios externos, lo verdaderamente interesante es lo de dentro, eso es obvio. Es uno de mis finos favoritos, naturales, artesanos diría; a la vieja usanza.
Sobre la bodega en sí ya les conté algo el año pasado cuando hablé del Oloroso de esta misma bodega, aún tengo pendiente la visita a la bodega (y me acuerdo cada vez que paso por delante), así que les contaré esta historia porque cuando me enteré a mí me cautivó:
Resulta que esta es la única bodega jerezana dirigida enteramente por mujeres, Dª Pilar Plá, su hija, y la enóloga, Ana. Pues bien, la madre de Dª Pilar, se casó muy joven con el dueño de una bodega jerezana, pero la muerte inesperada del marido la deja sola con su madre de 80 años y su hija universitaria. El acoso a la viuda comenzó a los pocos días. El comercio no respeta el luto. La bodega se vió acechada por multitud de compradores, ansiosos por adquirir tan preciado tesoro, a los que Dª Pilar, de fuerte caracter, no duda en echar con cajas destempladas. Valiente y decidida, convence a su afligida hija para que se haga cargo del negocio familiar. Fue la mejor medicina contra la melancolía por la muerte del padre.
El negocio, que no tardó en seguir su cauce, suministraba fino a González Byass y oloroso a Domecq; en total, aproximadamente unas 90 botas. Pero la demora de dos años en los pagos de Domecq, las obligó a buscar otros compradores. Entonces apareció Lustau. Con la compra de los vinos más viejos que poseía el maestro Sierra, Lustau logró abrirse un mercado muy sustancial en Londres. Tras el fallecimiento del Sr. Balau, antigua propietario de Lustau, y posterior unión con el grupo Caballero, la buena relación mantenida con El Maestro Sierra se enfrió. Fue entonces cuando esta bodega decidió dar el paso de Almacenista a embotellador. (1)
No me digan que no es de película...


Bueno, volviendo a nuestro fino protagonista de hoy, solo nos resta servirnos una copa y notar como se inunda la estancia de una aroma fresco, sutilmente salino, con notas de flores y algo de levadura de pan, y notar en boca que esa sutileza se convierta en extrema sequedad, potencia, y un final amargo, muy equilibrado. Es un vino con gran expresividad, como los mejores finos. Y de larguísimo final.
¿Otra copita?


(1) Ref: Vinum, Revista Europea del Vino.(2006)

23 dic 2010

El Maestro Sierra Oloroso 15 años

Oloroso 15 Años
Bodegas El Maestro Sierra
D.O. Jerez y Sanlúcar de Barrameda

Siempre he manifestado con rotundidad que soy más de amontillados que de olorosos, pero si hay algún momento en el que tal rotundidad se tambalea y empiezan las dudas sobre tal dicotomía,  es delante de un vino como éste. No voy a negar que esta bodega jerezana, antigua, familiar, y por qué no, digamos modesta, es una de mis favoritas. Este año he tenido varias ocasiones de estar en contacto con los dueños (no olvidaré Vinoble 2010) de catar sus vinos más viejos, auténticas reliquias, de conocer a su simpática enóloga burgalesa, Ana.

Los vinos de El Maestro Sierra son vinos muy cuidados, elaborados de la manera más tradicional. Primus inter pares, el primero entre iguales. Por que da la sensación que todos los vinos de Jerez son iguales, pero ni muchísimo menos, así que el lema le viene como anillo al dedo.
El fino no es como otros finos, el amontillado no es como otros amontillados, y este oloroso no es como otros olorosos. Bien claro lo ponen en la etiqueta: 15 años, que se dice pronto.

Solo al abrir la botella ya inunda la estancia de una aroma embriagador, no hace falta ni acercar la nariz a la copa. Desde luego, el que le puso nombre a este tipo de vinos se exprimió la cabeza pero bien.


Tiene un color ambar oscuro, y un lagrimeo incesante. Intenso y muy aromático, en boca es extraordinariamente seco de entrada, aunque conforme pasan los segundos acaba por llegar un pequeño regusto dulzón, muy leve.  El final es largo, largo, con un deje amargo muy agradable.

Este tipo de vinos, en concreto este con sus 19.5º sientan pero que muy bien para estos días de frío, y si, además, lo acompañamos con un guiso de venado, con un rabo de toro, con una carrillada bien elaborada, supone un gran placer por tan poco!